La crítica de la semana. ‘Polar’: implacable
Duncan Vizla, el asesino más letal del mundo, conocido como Black Káiser (Mads Mikkelsen), está a punto de jubilarse. Pero su antiguo jefe le ha puesto precio a su cabeza. Y, en contra de su voluntad, tiene que plantarle cara a un grupo de sicarios más jóvenes, rápidos y despiadados, dispuestos a todo para eliminarlo. Adaptación de la novela gráfica "Polar: Came From the Cold" de Victor Santos.
Netflix sigue sumando títulos interesantes a su producción cinematográfica, adaptando en esta ocasión la obra gráfica homónima del autor español Victor Santos publicada por Dark Horse que, junto a Constantin Films, se encargan de la película.
‘Polar’ cuenta con alicientes de sobra para atraer a los fans de los dramas de acción: cuidada puesta en escena noir (donde destaca la dirección de fotografía), un protagonista de renombre (Madds Mikkelsen, lacónico y absolutamente implacable), poderosas set pieces donde desplegar la acción (la segunda mitad de metraje riega la pantalla de sangre, balas y cadáveres) y el suficiente estilo (no impoluto como en ‘John Wick’, sino brutal, decadente, hortera… acertadamente psicópata para la ocasión) propio como para no ser una ‘adaptación de cómic’ más.
Entre la orgía de destrucción, ‘Polar’ nos cuenta la típica historia de redención mil veces vista, de un cabrón (porque Vizla lo es, sin ninguna duda) con demasiadas muertes a sus espaldas y unos tarugos despiadados que se creen capaces de doblegar al Káiser Negro (ni más, ni menos), como si nada.
Mientras la cosa va de morder el polvo y ejercitar coreografías de acción inspiradas, la cinta de Jonas Åkerlund se crece.
Cuando se pone dramática, se nota demasiado la falta de originalidad del planteamiento, y salen a relucir todas las costuras de un guion bien armado pero plagado de lugares comunes, donde todo se ve venir a kilómetros.
Cierto es que Mikkelsen siempre cumple, y Vanessa Hudgens aporta humanidad a un personaje roto por el destino.
Cierto es que el bestiario de villanos (pese a lo absurdos que resultan, con el siempre estrafalario, pero también bienvenido Matt Lucas encabezando a esta panda de tarados) es tan colorido y friki que verlos palmarla sin piedad resulta gratificante para una noche de cerveza y palomitas.
‘Polar’ no tiene nada que envidiar a cualquier propuesta mamporrera a lo ‘Transporter’, y Netflix demuestra de nuevo que da igual de dónde provenga la película, siempre y cuando cumpla con las expectativas.
No es Equalizer. No es Ethan Hunt.
Pero sí una correcta adaptación del cómic, y también una nada desdeñable propuesta de género.
Lo mejor: la acción, desatada.
Lo peor: no te cuenta nada nuevo.
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