Críticas de Cine. 'Qué fue de Brad': las tribulaciones de un señor bien
Brad Sloan (Ben Stiller) es un tipo
normal, con una familia normal, un trabajo normal y una casa normal. A punto de
cumplir 50, no puede dejar de reprocharse a sí mismo el no haber conseguido el
éxito. En medio de esta crisis existencial deberá ayudar a su hijo Troy (Austin
Abrams) a elegir universidad. En un viaje junto a su hijo por las facultades de
Boston, Brad se reencontrará con sus antiguos compañeros de estudios. Todos
ellos han triunfado y él… no. Será entonces cuando se enfrente cara a cara con
sus sentimientos de fracaso.
¿Es aceptable que un señor de clase
media, con una buena familia, un buen trabajo y una buena vida, en este
Occidente paranoico, afronte con total derrotismo la crisis de los 40?.
Sin duda,
'Qué fue de Brad', molestará a mucha gente, enemiga de quien no sabe valorar lo
que tiene.
La nueva dramedia protagonizada por un
conmovedor (y también irritante) Ben
Stiller, nos mete de lleno en las
tribulaciones de un hombre incapaz de aceptarse a sí mismo, que considera sus decisiones como
fracasos solo por el hecho de no ser tan rico o famoso (aparentemente) como sus
antiguos compañeros de estudios.
El director Mike White reflexiona
sobre las preguntas que a veces nos hacemos, pero no consigue responder, a través de su protagonista y los
que le rodean, a ninguna de ellas.
¿Es ésta una película sobre un
quejica?; ¿sobre la
crisis de los 40?; ¿es una película que busque revolver nuestro interior,
obligándonos a pensar que, realmente, lo importante es aceptarse a uno mismo,
valorar lo que se tiene, y perseguir la felicidad?; ¿es una sátira que critica sin piedad los problemas que nos pasan por
la cabeza a los acomodados occidentales de clase media, de los que se partirían
de risa en la otra mitad del mundo, donde solo comer a diario y no temer por la
vida, supone un logro?; ¿es una emotiva historia paterno-filial?.
'Qué
fue de Brad' nos lanza sin parar una de cal y otra de arena, donde no
conseguimos desentrañar qué idea central pretende vendernos su director.
Durante el metraje pululan personajes
de diverso pelaje: hipsters, genuinos idealistas, cínicos
desencantados, amantes del postureo,
triunfadores de puertas afuera... una fauna humana repleta de contradicciones.
Con algunos
llegaremos a empatizar, en otros nos veremos reflejados, otros nos provocarán
rechazo y vergüenza... pero ninguno (ni
siquiera el protagonista), resolverá la gran pregunta: ¿qué quiere contarnos,
señor White?.
En todas partes cuecen habas, le diría
este crítico, y algunas son mucho peores que otras.
También le
diría que solo el primer mundo y todos los bebés que lo poblamos tenemos la
capacidad y el poder real de cambiar las cosas, y la vergüenza de, tan a
menudo, no tener las ganas de hacerlo.
Y también le diría que, para
descojonarse y recordarnos con estilo lo flojeras,
egoístas, indolentes, paranoicos y cobardicas
que somos en el primer mundo, ya tenemos a Woody Allen.
Posiciónese, Mike White, que talento
para ello, no le falta.
Sin marear la
perdiz 'Qué fue de Brad', habría sido un acontecimiento mucho más interesante y
perdurable.
Lo mejor: la conversación entre Brad y la joven
estudiante en la cafetería.
Lo peor: su abrupto (y cobarde) final.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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