Críticas de Cine. 'Wonder': lidiando con los sopapos de la vida
August
Pullman es un niño nacido con malformaciones faciales que, hasta ahora, le han
impedido ir a la escuela. Auggie se convierte en el más improbable de los
héroes cuando entra en quinto grado del colegio local, con el apoyo de sus
padres. La compasión y la aceptación de sus nuevos compañeros y del resto de la
comunidad serán puestos a prueba, pero el extraordinario viaje de Auggie los
unirá a todos y demostrará que no puedes camuflarte cuando has nacido para
hacer algo grande.
Hay muchas formas de contar una historia, y casi todas
son válidas.
Lo
primero que salta a la vista de 'Wonder', es que su director Stephen Chbosky no
quiere ser descarnado.
La búsqueda de su lugar en el mundo del joven August, al
que la genética ha jugado una mala pasada deformando su cara, bien podría haber
sido una historia trágica, que despertara en la audiencia infinita tristeza,
impotencia y enfado.
Con
acierto, Chbosky se las arregla para parir una tragicomedia de superación made in America, apoyado en los firmes
hombros de un reparto agraciado: Julia Roberts, Jacob
Tremblay (como 'En la habitación', este niño prodigio hace suyo el papel, y se
las arregla para decir todo con la mirada, muy por encima de las capas de
maquillaje), Mandy Patinkin, Owen Wilson y la joven Izabela Vidovic, junto a
otros tantos secundarios, despliegan interpretaciones sinceras, tan sencillas y
de andar por casa, como profundamente
humanas.
'Wonder' es un canto a la tolerancia, a la amistad, a
mirar más allá de la apariencia y los dictados de una Sociedad unitaria donde
ser diferente, casi en cualquier aspecto de la vida, asusta y provoca
reacciones indeseadas.
Pero,
cuidado, que nadie piense que la película banaliza el bulliying, ni trata un
problema endémico como éste con frivolidad. Hay unas cuantas
escenas durante el metraje tremendamente duras en el fondo, donde Chbosky
ejemplifica la tremenda lucha del joven August no ya por sobrevivir tras
decenas de intervenciones quirúrgicas, sino de devolver cada golpe que la vida
le asesta, con toda la esperanza y fuerza que es capaz de reunir.
Al igual que en otros ejemplos recientes, como la
magnífica serie 'Por Trece Razones', hay
mucho más en 'Wonder' que su entrañable naturaleza y una superficie donde,
aparentemente, las cosas no van tan mal como parecen.
Podría, pero no voy a perderme en los peros de una puesta
en escena edulcorada. Porque al final, August gana la batalla, el público
disfruta de una buena película y unas cuantas lecciones de vida.... pero no ha sido maravilloso, ni
cómodo, ni chachi.
No ha sido sin lucha, ni sufrimiento. Cuando llega el fundido en negro, es
imposible no sentirse dichoso, pero también consciente del calado del mensaje
de 'Wonder'.
Solo por eso, vale
cada euro de la entrada.
Lo
mejor: el reparto protagonista, todo humanidad.
Lo peor: si triunfan los prejuicios por su edulcorada puesta en escena, no la disfrutaremos como merece.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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