Críticas de Cine. 'Valerian y la ciudad de los mil planetas': delicia visual
En el siglo XXVIII,
Valerian (Dane DeHaan) y Laureline (Cara Delevingne) son un equipo de agentes
espaciales encargados de mantener el orden en todos los territorios humanos.
Bajo la asignación del Ministro de Defensa, se embarcan en una misión hacia la
asombrosa ciudad de Alpha, una metrópolis en constante expansión, donde especies
de todo el universo han convergido durante siglos para compartir conocimientos,
inteligencia y culturas. Pero hay un misterio en el centro de Alpha, una fuerza
oscura amenaza la paz en la Ciudad de los Mil Planetas. Valerian y Laureline
deben luchar para identificar la amenaza y salvaguardar el futuro, no sólo el
Alfa, sino del universo.
Entre las muchas
fuentes de las que bebió George Lucas para alumbrar 'Star Wars', se encontraba
la serie de historietas de ciencia-ficción del guionista Pierre Christin 'Valerian, agente
espacio- temporal'.
Décadas
después, el cineasta galo más
internacional y hombre/ franquicia, Luc
Besson, vuelve al género de la Space
Opera que revitalizó con 'El quinto elemento', en 'Valerian y la ciudad
de los mil planetas'.
Siempre fiel a sus
valores, Besson despliega en Valerian un espectáculo visual de altura, lleno de
imágenes bellas y poderosas, que evocan no solo a su referente gráfico, sino a un
montón de películas inolvidables del género.
Valerian es una
delicia para la vista,
donde cada plano derrocha imaginación y cuidado. Disfrutarla en la gran pantalla supone, pues, una experiencia obligada,
agradable de principio a fin.
Su gran pero, el que
le impedirá trascender y posarse en el inconsciente colectivo del gran Espectador
y Fan, es su carencia de chispa, de alma.
Aunque la pareja
protagonista se esfuerza (por increíble que parezca, incluso la efigie Cara
Delevingne tiene sus momentos), la
química es mínima; Dane DeHaan no es
el arquetipo de héroe que esta película (y lo que cuenta) necesita; el villano de la función no
está a la altura de un diabólico genocida sin corazón... Una ciudad con miles de razas da para mucho más que una intriguita de cf televisiva.
'Valerian
y la ciudad de los mil planetas' divertirá
sin pausa a los más pequeños, y su indudable y ya citado empuje visual, bastará
para que los mayores disfruten de la aventura palomitera.
Pero,
para ganarse la condición de clásico, y
ser recordado por siempre, hace falta corazón, chispa, emotividad, profundidad
más allá del metraje.
Hace falta calar
hondo y paralizar al espectador, provocando un nudo en su estómago cada vez que lee en
pantalla algo del estilo de 'A long time ago...', o ve a un señor de orejas
puntiagudas entonando su 'live long and prosper' mientras alza la mano,
dibujando un saludo inolvidable.
Lo mejor: el prólogo a ritmo
de Bowie, su incontestable belleza visual y el número musical de Rihanna.
Lo peor: le falta el alma y
la chispa imprescindibles para atrapar (y no soltar) al espectador.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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