Críticas de Cine. 'Gru 3. Mi villano favorito': sí... pero no
Balthazar Pratt, un
antiguo niño estrella obsesionado con el personaje que encarnó en los años
ochenta, demuestra ser el peor enemigo al que Gru ha debido enfrentarse hasta
la fecha.
En
Illumination pueden sentirse orgullosos de que su principal franquicia animada,
tras dos entregas, un Spin-off, buena taquilla y toneladas de merchandising, siga viva en la tercera aventura de Gru.
Si
bien el factor sorpresa se ha perdido, quizás para siempre, la pulcra
animación, el dominio del slapstick
sin freno y el aluvión de referencias populares, siguen intactos, y potenciados.
'Gru 3' se vertebra
alrededor de 4 historias: dos funcionan a
las mil maravillas; las otras dos no.
Por
desgracia, son éstas últimas las que llevan la voz cantante.
Reconvertido
en atípico héroe, Gru encuentra a su hermano perdido, Dru, rico y ávido de
aventuras. La relación de ambos regala
buenos momentos, pero no termina de despegar, pese al certero dibujo de
personajes y el indudable talento de Steve Carell (y nuestro Flo, en España)
para el desdoble.
Las adorables niñas y
su aprendiz de madre, ocupan también gran parte del metraje. Si bien Agnes
sigue siendo maravillosa, y su inocencia incombustible, la historia paterno
filial está muy vista,
aporta muy poco y resta minutos a los pesos pesados del sarao: el villano
frikazo Balthazar Pratt y Los Minions que, acompañados, funcionan mucho mejor
que en solitario.
El nuevo archienemigo
de Gru no solo critica sin piedad la política de Hollywood con sus juguetes
rotos,
sino que despliega una serie de guiños ochenteros con los que nos partiremos de
risa.
A lo suyo siguen,
también, los Minions, todo talento y desparpajo, con una serie de gags impagables que reflotan la
película cuando más lo necesita, erigiéndose como los mejores comparsas de la
animación actual.
Hay mucha miga en el
tercer Gru, pero deslavazada.
Lo
que funcionó integrado y orgánico en las dos primeras entregas, lo hace aquí a
trompicones, desordenado, saturado... perdiendo fuelle.
Es imposible
aburrirse, pero también alcanzar el grado de genuina satisfacción de las
aventuras precedentes. Quizás nuestro villano favorito necesite un prolongado
descanso, para volver con fuerzas renovadas.
La
pregunta es ¿le dejará descansar la Meca del Cine y sus ansias (de dinero,
claro) vivas?.
Lo mejor: los Minions y el
villano.
Lo peor: son claros los
síntomas de cansancio.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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