Críticas de Cine. 'Ben-Hur': innecesario remake
Nueva adaptación de
la novela homónima de Lewis Wallace (1880), que narra la amistad que con los
años se convierte en terrible rivalidad entre el noble judío Ben-Hur y el
romano Messala.
El
orden de los factores, cinematográficamente hablando, sí alteran el producto.
Cuando,
además, hablamos del remake de una de
las películas más queridas, influyentes y recordadas de la historia del Séptimo
Arte, mejor andarse con pies de plomo.
El
director Timur Bekmambetov, por tanto, era una elección controvertida de cara a
alumbrar para las nuevas generaciones una historia tan emocional como la de
Ben-Hur y Messala.
Con
la película terminada, es difícil culpar
por completo al cineasta (probablemente mercenario) del patinazo de este 'Ben-Hur', que cumple en sus apartados
técnicos, pero se hunde profundamente en los artísticos.
En
un verano plagado de Blockbusters
fallidos (solo 'Ghostbusters' y 'Star Trek: más allá' pasan el corte con
solvencia, que no brillantez), 'Ben-Hur'
evidencia todos y cada uno de los males del Hollywood moderno.
Políticamente
correcta y 'blandita'; estúpida en su discurso; cobarde en el tratamiento de la
violencia y el desarrollo de los personajes, e incapaz de mirar hacia adelante,
reciclando una y otra vez éxitos pasados, esperando que el público trague (en
este caso, el 'Gladiator' de Ridley Scott sirve de plantilla, y no el clásico
de Charlton Heston, más ácido, moderno e inteligente).
Pese
a la cuidada factura (espectacular la
carrera de cuadrigas), la esforzada interpretación de Jack Huston y el
esfuerzo general (casi siempre en vano) por no arruinar el recuerdo del
original, 'Ben-Hur' es el remake más innecesario e injustificable
de los últimos años.
Quizás
el público está harto de tantas historias envueltas a lo grande, pero
repetitivas y carentes de alma.
Quizá
los grandes estudios deberían dejar campo libre a los directores y no cortarles
las alas de la creatividad; quizás asistimos a los últimos estertores de un género
moribundo que necesita urgentemente de un reinicio.
'Ben-Hur' entretiene, pero trasciende más allá de la gran
pantalla como síntoma de la enfermedad contemporánea del cine de multisalas,
y no como la justificada, arriesgada y enérgica revisión de las desventuras del
príncipe judío... que es lo que algunos que aún creemos en la magia del cine,
esperábamos de este Hollywood que dice
progresista... y hace santurrón.
Lo mejor: la carrera de
cuadrigas.
Lo peor: imposible justificar
su existencia con criterios artísticos.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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