Críticas de Cine. 'Ninja Turtles. Fuera de las sombras': hasta Stephen Amell suelta una risita
El
súper villano Shredder escapa de prisión y une sus fuerzas con el científico
loco Baxter Stockman (Tyler Perry) y sus dos secuaces, Beebop (Gary Anthony
Williams) y Rocksteady (la súper estrella de la WWE Stephen “Sheamus”
Farrelly), para llevar a cabo un diabólico plan para conquistar el mundo.
Mientras las Tortugas se preparan para enfrentarse a Shredder y su banda,
tendrán que luchar también con un nuevo enemigo, incluso más poderoso, y
también con intenciones malignas: El General Krang.
¿Segundas partes nunca fueron buenas? Casi siempre es
así, y en esta ocasión, también.
'Ninja Turtles: fuera de las Sombras', no es una buena película. Cumple de
punta a cabo el Manual del Blockbuster moderno,
hipervitaminado y mineralizado por obra y gracia de Michael Bay como
omnipotente productor.
Pero sí que supera
con creces el pequeño desastre de la entrega anterior.
El regreso de las Tortugas es más divertido, descerebrado, consciente de su condición de tontería
palomitera y, sobre todo, fiel al espíritu del insigne referente animado.
Krang, Beebop y Rocksteady aportan aire fresco y variadas
tonterías cómico-megalomaníacas.
Stephen Amell, sin convertirse de repente en un actor del
método (milagros, tampoco), consigue que olvidemos su omnipresente cara de palo
de 'Arrow', sacándose de la manga un
Casey Jones inocente y guasón.
Megan Fox pone su turgente granito de arena como chica florero (una lástima, pero
con Bay de por medio, se da casi por sentado) y Will Arnett demuestra que incluso a un cuarto de gas sigue siendo un
gran cómico.
La cinta de Dave Green se vuelca en las aventuras
Quelonias a ritmo de 'cuanto más, mejor'.
Escaramuzas aéreas, peleas multitudinarias, gags sin mesura, ruido, algún que otro
momento de amistad, hermandad, nostalgia y colegueo
y la siempre exuberante urbe neoyorquina como escenario larger than life, les esperan.
El que acuda al cine aparcando las neuronas, dispuesto a
pasar un buen rato de puro y (muy) simple entretenimiento veraniego, verá
recompensado el coste de la entrada.
No va a ganar un Oscar, tampoco un Razzie.
Pero como segunda
aventura moderna de unas Tortugas Ninja adictas a la Pizza (premisa absurda
donde las haya como para contextualizar correctamente lo que estamos viendo), pasa el corte con nota.
Lo
mejor: supera a la primera entrega.
Lo
peor: el Doctor Chiflado de ese engañabobos llamado Tyler Perry.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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