Críticas de Cine. ‘Langosta': fábula grotesca

Póster de Langosta (The Lobster)

Una historia de amor ambientada en un futuro cercano, en un lugar donde los solteros, de acuerdo con las reglas de La Ciudad, son detenidos y trasladados a El Hotel. Allí les obligan a encontrar pareja en un plazo máximo de cuarenta y cinco días. Si no lo consiguen, son transformados en un animal de su elección y soltados en El Bosque. Un Hombre desesperado se escapa de El Hotel y se adentra en El Bosque, el lugar donde habitan Los Solitarios, y allí se enamora rompiendo así todas las relgas establecidas.

Si la última apuesta del director de ‘Canino’, hubiera permanecido en los límites del escalofriante hotel donde tienes 45 días para encontrar pareja o convertirte en un paria o un animal, ‘Langosta’ tendría un juicio favorable.

Pero Lanthimos tiene que rizar el rizo, siempre. Lo suyo es pasarse de moderno y gafapasta, dando de qué hablar con cintas de indudable estilo personal pero, también, propensas a sobrepasar las grandes premisas y flirtear abiertamente con el absurdo.

El futuro distópico que plantea el director es demoledor: los solteros son perseguidos y vilipendiados por una Sociedad enferma que apuesta por las relaciones de pareja (que no heterosexuales) obligadas.

Así, quien no quiera estar solo hará lo necesario para acabar con alguien a su lado, aunque eso suponga someterse a las situaciones más surrealistas, tristes e inhumanas.

Lanthimos, tirando de un humor satírico que requiere mucha implicación por nuestra parte para arrancarnos alguna sonrisa, muestra la peor cara del ser humano: cobarde, complaciente, egoísta, falso… idiotizado por una Sociedad que te dice qué, cómo y cuándo hacer las cosas.

Con semejante potencial, es una pena que el griego muestre sus cartas tan pronto, agotando los gags de esta atípica comedia en los primeros compases, y repitiéndolos (más retorcidos si cabe) hasta el aburrimiento durante el segundo acto.

Para muchos, ‘Langosta’ será una oda a la soledad, la convivencia y los avatares del amor descreído; para otros supondrá el autorretrato del hombre como único ser capaz de  extremos por preservar su supervivencia; para todos los demás… carecerá de sentido.

‘Langosta’ tiene múltiples lecturas, y ahí radica su mayor problema: de tanto liar la madeja, es fácil pensar que Lanthimos se vio tan perdido al rematar la faena como los imperdonables (todos ellos) personajes de su obra.

Lo mejor: la demoledora moraleja.

Lo peor: aburre.

Por: Eduardo Bonafonte Serrano.

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