Críticas de Cine. 'Los Minions': diversión sin hilo conductor
La historia de Los
Minions se remonta al principio de los tiempos. Empezaron siendo organismos
amarillos unicelulares que evolucionaron a través del tiempo, poniéndose
siempre al servicio de los amos más despreciables. Ante su incapacidad para
mantener a esos amos – desde el T. Rex a Napoleón –, los Minions acaban
encontrándose solos y caen en una profunda depresión. Sin embargo, uno de
ellos, llamado Kevin, tiene un plan. Acompañado por el rebelde Stuart y el
adorable Bob, emprende un emocionante viaje para conseguir una jefa a quien
servir, la terrible Scarlet Overkill. Pasarán de la helada Antártida, a la
ciudad de Nueva York en los años sesenta, para acabar en el Londres de la misma
época, donde deberán enfrentarse al mayor reto hasta la fecha: salvar a la raza
Minion de la aniquilación.
En
ocasiones los comparsas del protagonista de turno lo eclipsan, en todos los
géneros dentro y fuera del Séptimo Arte.
Los
Pingüinos de Madagascar, los hermanos Dalton, Steve Urkel... y, por supuesto,
los carismáticos, adorables y tarados Minions que, por fin, tienen película
propia.
Primero,
lo realmente importante: la aventura de estos frikis reyes del slapstick
es muy divertida, con hora y media que pasa volando entre gags casi siempre acertados. Stuart, Bob y Kevin siguen, pues, en
plena forma.
Sin
embargo, no hay nada reseñable más allá de las piezas cómicas que vertebran el
metraje.
La
historia es simplista incluso para los más pequeños; los personajes
secundarios, incluida la villana Scarlett Overkill, camuflan su inanidad
tirando de locura y desenfreno.
Muy
lejos de la fórmula mágica que hace de la saga de Gru una rara y bienvenida avis de la animación contemporánea, sus esbirros
aciertan en cuanto a reivindicarse como personajes de comicidad garantizada y
manifiesta achuchabilidad.
Los
niños querrán llevárselos a casa y se lo pasarán en grande ante el apabullante
despliegue visual. Los padres se contentarán con las bromas orientadas a
adultos y el desmadre general.
No
busquen hilo conductor, ni el contenido necesario para considerar a 'Los Minions'
como una película al uso, sino una sucesión de sketches bien hilvanados tras un prólogo brillante (con la
fanfarria de Universal Pictures tuneada,
incluida).
Lo mejor: la guasa de los
Minions permanece intacta.
Lo peor: es más un concepto
hilarante que una película.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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