Críticas de Cine. ‘Whiplash’: la música, en la sangre
El objetivo de Andrew Neiman, un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que estudia. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher, un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew para formar parte del conjunto musical que dirige, cambia para siempre la vida del joven. La pasión de Andrew por alcanzar la perfección se convierte en obsesión, al tiempo que su despiadado profesor lo lleva al límite de su capacidad y de su salud mental.
Todos hemos sentido en algún momento el poder de la música. Su innata capacidad para conmovernos, irritarnos, subirnos a una montaña rusa de sentimientos y emociones de la que no queremos bajar.
‘Whiplash’ descarga su pasión con el Jazz por bandera. Y lo hace a través de un excepcional repertorio sonoro, una atmósfera inmersiva (podemos sentir la presión, la ira, el miedo, la adrenalina…) y visceral y, por encima de todo, las majestuosas interpretaciones del consagrado J.K. Simmons y el joven Miles Teller.
Simmons, el ‘Sargento de hierro’ Terence Fletcher de la prestigiosa Academia Schaffer, busca desesperadamente una estrella a la altura de los grandes del Jazz, aunque eso suponga traspasar los límites de lo aceptable en la instrucción militar de sus alumnos.
Miles Teller quiere ser el músico más grande de todos los tiempos. Pero en su viaje descubrirá que tener el Don quizás no sea tan importante como trabajarlo… con sangre, sudor y lágrimas.
‘Whiplash’ hará las delicias de los melómanos, pero también de cualquier espectador dispuesto a embarcarse en un viaje que le vapuleará sin piedad para que de lo mejor de sí. Cuando lo haga, cuando vea cómo un ser humano traspasa sus propios límites, verá recompensado con creces cada euro de la entrada.
Si estamos dispuestos a abrazar la aventura del joven baterista y su implacable mentor, encontraremos en la cinta de Damien Chazelle una joya inolvidable.
Electrizante, emocionante, inesperada, asombrosa, divertida… tan rica en matices como la propia música.
No se la pierdan. Lo lamentarán.
Lo mejor: J.K. Simmons con el puño en alto y Miles Teller dejándose la vida.
Lo peor: que no veamos películas tan cautivadoras más a menudo en cartelera.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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