Críticas de Cine: ‘St. Vincent’: viejo gruñón

Póster en español de la película 'St. Vincent'

Un viejo cascarrabias (Bill Murray) ejerce una benéfica influencia sobre un chico de doce años, cuya madre (Melissa McCarthy), que es soltera y trabaja, le confía su educación. 

A primera vista, ‘St. Vincent’ es como otras muchas comedias dramáticas de Hollywood: divorciada con un hijo joven y espabilado llega a un nuevo barrio, con la mala suerte de tener como vecino a un viejo insoportable, borracho y gruñón. Sin embargo, las circunstancias unirán sus destinos…

¿Qué tiene entonces de especial la cinta escrita y dirigida por Theodore Melfi?

La magnífica interpretación del elenco de actores de esta tragicómica historia, que gira alrededor de un improbable y amargado héroe, y el oficio del director en su primera película, que se revela muy capaz de llevar las riendas de la narración con fluidez.

El reparto, capitaneado por el excelente Bill Murray (que alumbra aquí a un tipo puñetero tanto o más memorable que el Melvin Udall de Jack Nicholson en ‘Mejor imposible’), brilla con luz propia.

Melissa McCarthy (que se maneja con la misma soltura en comedias disparatadas,dramas o lo que le pongan por delante); Naomi Watts (magnífica en su recreación de prostituta de los Países del Este, sobre todo en la versión original); Chris O`Dowd (que explota la vena cómica tan personal que le hizo brillar en la serie de culto ‘Los Informáticos’) y Jaeden Lieberher (el actor infantil revelación de la cinta, todo naturalidad) hacen suyos sus personajes con pasión y entrega.

El viaje hacia la pequeña redención de Vincent está plagado de momentos llenos de humor, situaciones rocambolescas y también conmovedoras, además de las continuas exhibiciones de niño grande de un hombre empeñado en consumirse tras sufrir una tragedia.

Por ponerle un pero a esta delicia, el happy ending típico que tanto gusta a los Estadounidenses; por otro lado, no desmerece en absoluto las bondades del resto de la historia.

El buen rato está asegurado.

Lo mejor: Bill Murray y su personaje larger than life.

Lo peor: el final feliz y las convenciones de la historia.

Por: Eduardo Bonafonte Serrano.

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