Críticas de Cine: ‘Exodus: Dioses y Reyes’… Sir Ridley vuelve con fuerza

Christian Bale protagoniza el póster de la película 'Exodus: Dioses y Reyes'

Aventura épica que narra la historia de Moisés (Christian Bale) un hombre cuyo coraje desafió a un imperio cuando se rebeló contra el todopoderoso faraón Ramsés (Joel Edgerton), liberando a 600.000 esclavos en una épica huida a través Egipto, llena de peligros y mortíferas plagas, en busca de la Tierra Pometida. 

En los últimos años, la filmografía de Sir Ridley Scott se ha caracterizado por una tremenda irregularidad.

Si bien las capacidades del cineasta para planificar enormes escenas y trabajar con la épica siguen intactas, Scott ha descuidado la profundidad de las historias, rindiéndose al continente sin contenido… alumbrando patinazos narrativos tan grandes como ‘Prometheus’ o ‘El Consejero’.

En ‘Exodus: Dioses y Reyes’, Scott vuelve con las pilas cargadas, facturando su mejor película en la última década que, además del imponente entramado visual, tiene una historia que contar.

Tras un arranque caótico que hace presagiar otro mastodonte sin alma más, los acontecimientos sobrevenidos al destierro de Moisés y el enorme actor que le da vida (Christian Bale, sin duda lo mejor del filme) operan el cambio.

Más allá de las discutidas elecciones de actores (John Turturro y Sigourney Weaver son como dos peces fuera del agua. María Valverde y Joel Edgerton lo intentan, pero tampoco están en su salsa), la mera presencia de Bale y la transformación que sufre durante la odisea para salvar al Pueblo Hebreo, valen el precio de la entrada.

Si además disfrutamos de bíblicas recreaciones como la famosa zarza ardiendo, la separación de las aguas y la génesis de los Diez Mandamientos bajo la enérgica mirada del director de ‘Alien’, el espectáculo está servido.

Cierto es que el Británico continúa alejado de sus mejores trabajos del siglo XXI (‘Black Hawk derribado’ y ‘American Gangster’), pero también que, a sus 77 años, asume con la determinación de un chaval el riesgo de contarnos este episodio bíblico conocido por la inmensa mayoría de Occidente dejando su impronta, exprimiendo el libreto del siempre correcto Steven Zaillian y, también, desafiando los cimientos de la fe cristiana con unas cuantas píldoras que removerán las conciencias de los creyentes más irredentos.

No es una obra maestra, ni emociona tanto como se espera de ella… pero sus dos horas y media pasan en un majestuoso suspiro, trayendo al panorama del Blockbuster moderno una faraónica película ‘de las de antes’.

Lo mejor: Christian Bale.

Lo peor: hasta el destierro de Moisés, casi todo.

Por: Eduardo Bonafonte Serrano.

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