Críticas de Cine: ‘Escobar, Paraíso Perdido’: radiografía de un Monstruo

Nick, un joven surfista, cree que todos sus sueños se han hecho realidad cuando va a Colombia a visitar a su hermano. En un ambiente idílico de lagunas azules y blancas playas, Nick se enamora perdidamente de la bella María. Todo parece perfecto hasta que Nick conoce al tío de la joven, un tal Pablo Escobar.

Para un pueblo hambriento, ignorante y desolado, hasta un Monstruo puede ser un héroe.

Escrita y dirigida por Andrea Di Stefano, ‘Escobar’ supone la enésima interpretación magistral de Benicio Del Toro, cuya aparente afabilidad como el campechano Pablo Escobar pone los pelos de punta.

Cada vez que el actor entra en escena, es imposible escapar a la pasmosa naturalidad con la que da vida al carismático y mesiánico (atentos a la conversación con el Cura) narcotraficante y líder de la Comunidad. 

El dominio del actor es total, yendo mucho más allá de la mera caracterización. Enfrente, sorprende la réplica del joven Josh Hutcherson, que hace un paréntesis en la cruzada de Katniss Everdeen para aguantar con oficio el implacable envite de Del Toro.

Narrada con realismo, la película se respira, se vive y se sufre. Como espectadores nos sentimos tan asqueados como fascinados por el influjo de Pablo Escobar y su particular Cruzada por el bien del pueblo Colombiano.

El Hombre, el Padre, el Capo, el Dios… el Monstruo. Del Toro transita con convicción y sin aparente esfuerzo por cada faceta del personaje, trascendiendo la solidez de un libreto con los tópicos justos, sin fisuras; el Portorriqueño da ese algo más que solo los intérpretes mayúsculos son capaces de aportar. Comenzó su carrera siendo un robaplanos con potencial… en la actualidad es imposible vaticinar donde estará su techo.

Aunque el toma y daca de Escobar y Nick es más que suficiente para dar la entrada por pagada (con creces), lo cierto es que estamos ante una gran película que hará las delicias de los adictos al thriller dramático con personaje larger than life incluido.

Lo mejor: Benicio Del Toro. Impresionante.

Lo peor: el papel tontorrón de Claudia Traisac.

Por: Eduardo Bonafonte Serrano.