Críticas de Cine: ‘Los Boxtrolls’: una delicia animada
Cheesebridge (Puentequeso) es una elegante ciudad de la era posvictorinana, obsesionada por el dinero, la clase y el más delicioso de los quesos apestosos. Debajo de sus encantadoras calles adoquinadas viven los Boxtrolls, unos monstruos que salen de las alcantarillas por la noche para hacerse con los bienes más preciados de los habitantes: sus hijos y sus quesos.
Desde los gloriosos tiempos del Disney clásico, la animación ha sufrido una profunda transformación, que ha llevado a perfeccionar las técnicas ya existentes (la animación tradicional), a crear otras nuevas (la animación digital) y a pulir hasta el límite formas artesanales de hacer cine, como el stop-motion que sirve de motor a ‘Los Boxtrolls’.
La nueva propuesta de Laika no sólo consigue dotar de inusitada expresividad a sus personajes, sino que combina a la perfección la ardua labor de los artistas tradicionales con los últimos avances en animación 3d.
El resultado: una película visualmente intachable que, además, rebosa imaginación, haciendo gala de unos diseños tan extraños como maravillosos que inundan la pantalla. Cada escena es una joya pergeñada por un montón de genios rebosantes de talento que harían las delicias del Tim Burton más delirante.
Por suerte, más allá del preciosismo técnico, tenemos una pequeña (gran) historia detrás, repleta de metáforas, declaraciones de intenciones y poderosa moraleja incluida.
En ‘Los Boxtrolls’ salen a la palestra temas tan presentes como la lucha de clases, el miedo y rechazo a lo que no entendemos, el poder de manipulación de los medios de comunicación, la superación, el primer amor, la convivencia pacífica… todo ello sazonado con altas dosis de ironía, sátira política y unos cuantos chistes muy acertados en torno al venerado queso y el estatus social que conlleva.
No es tan redonda como ‘El alucinante mundo de Norman’ (la mejor cinta de Laika hasta la fecha), pero sí presenta sobradas credenciales para entretener a niños y mayores.
Además, el nutrido bestiario de personajes (algunos temibles, otros en exceso alocados, otros adorables… Todos orbitando fuera de lo normal) da mucho juego y pone la guinda al pastel, con especial atención a los secuaces del villano de turno, que despachan las mejores líneas de diálogo de la película discutiendo sobre lo divino y lo humano (atentos a los créditos finales).
Los Boxtrolls y su rocambolesca aventura les esperan. Si tienen la oportunidad, disfrútenla en 3D. Vale la pena.
Lo mejor: visualmente intachable.
Lo peor: el final se resuelve a trompicones.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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