'Hablando de Series': 'Outlander', una auténtica delicia



Lo confieso: no estoy entre los fans del tipo de Novelas de Diana Gabaldón (reconozco el mérito y la calidad de su pluma, pero no es mi género favorito, ni de lejos).

Sin embargo, la saga 'Forastera (Outlander)' siempre me ha llamado la atención por su argumento, emplazamiento y la fuerza del personaje principal. Tiene algo más. No solo es una novela romántica, sino de aventuras, histórica e incluso de Ciencia-ficción.

Por tanto, cuando me enteré de que 'Outlander' llegaría adaptado a la pequeña pantalla en la cadena Starz, mi curiosidad aumentó.

Cuando supe, además, que el responsable del proyecto sería Ronald D. Moore (el genio detrás de la reinvención de 'Battlestar Galactica' y muchos de los mejores momentos de 'Star Trek', entre otros), la curiosidad se convirtió en un hype absoluto.

No hay nada más gratificante que ver cómo la expectación da paso a la satisfacción absoluta, ante el disfrute de una Serie deliciosa.


Los maravillosos créditos iniciales con la nueva versión de la canción popular escocesa 'The Skye Boat Song' (de la mano del gran compositor Bear McCreary) son solo el preludio de una experiencia televisiva que se paladea, se siente, se vive... ¡y se disfruta, vaya que sí! 

Si algo se puede extraer de los primeros episodios de 'Outlander', es su sensación de realismo: sin ser historiador, sin saber con certeza si los hechos  están o no bien reflejados al cien por cien, muy pocas Series hacen sentir al espectador que realmente se encuentra allí, que lo que ocurre está pasando, aunque el subconsciente diga que no es posible. 

La bellísima fotografía saca partido a cada rincón de las mágicas tierras escocesas. El diseño de producción y de vestuario, menos recargados y mucho más creíbles que en otras series 'de época', consiguen que nos sumerjamos en cada escena, cada paisaje, cada peripecia de Claire, la mujer atrapada en un tiempo que no es el suyo.   

Mucha culpa de la experiencia inmersiva que es 'Outlander' la tiene también la calidad de los guiones, con plumas de la talla de la propia Diana Gabaldón (que ejerce las labores de Consultora ejecutiva), Ronald D. Moore, Ira Steven Behr y Toni Graphia, entre otros. 

También la dirección (con artesanos como John Dahl tras la silla), sutil pero centrada en el Relato, rendida al esplendor de la historia, hace que los 50 minutos de cada episodio trascurran en un suspiro, sin recurrir a locos movimientos de cámara y trucos baratos para desviar la atención.

Y, cómo no, 'Outlander' no cuadraría el círculo sin los actores y personajes a los que dan vida, con los que empatizamos a las primeras de cambio, y somos incapaces de soltar. 

Desde el minuto 0 nos enamoramos de la bellísima y enérgica Caitriona Balfe y su Claire Randall; nos rendimos ante la fuerza y poderío interpretativo de Graham McTavish (Dougal Mackenzie) que cambia la Tierra Media de 'El Hobbit' por las Highlands; nos duele cada cicatriz de Jamie Frasier (Sam Heughan), un orgulloso patriota, aguerrido y encantador.

Todos, desde los protagonistas hasta el último figurante cumplen a la perfección, poniendo la guinda al pastel de la que es ya, por derecho propio, una de las mejores series del año, y de la última década. 

No se pierdan 'Outlander'. Si pueden verla, además, en versión original, mejor que mejor. Porque las voces merecen loas aparte, Gaélico incluido. 

Cinco episodios hasta el momento. Cinco joyas que perdurarán.   

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