Críticas de Cine: ‘El corredor del laberinto’: bien, pero…


El joven Thomas despierta en un elevador en movimiento en el año 2024. Sus recuerdos de la vida pasada se limpiaron. A él se le da bienvenida en un área grande, concreta llamada “El Área”, poblada por un grupo de unos 60 chicos adolescentes llamados “Gladers”. “El Área” está rodeado por enormes muros de hormigón que se encuentran más allá de un laberinto enorme. Todos los Habitantes han llegado de la misma manera como Thomas: uno cada mes, con recuerdos concretos borrados. El primer habitante llegó aproximadamente dos años atrás. Cada semana llegan suministros para ayudarlos a sobrevivir.

¿Estamos saturados de héroes adolescentes? Ésta es la primera pregunta que viene a la mente cuando concluye el visionado de ‘El corredor del laberinto’.

Y no se debe a una falta de diversión o ritmo, mala dirección e interpretación, o problemas técnicos. En la superficie, la película de Wes Ball juega en la Liga de ‘Los juegos del hambre’ y ‘Divergente’: personajes fuertes, futuro distópico, arranque prometedor, sensación de veracidad y dosis medidas de azúcar y tonterías teen.

Es más, ‘El corredor del laberinto’, es impecable en lo formal. Todo está en su sitio, nada se sale del tiesto.

Por tanto ¿cuál es el problema? Precisamente ése: no necesitamos otra película más tan parecida a otra, que a su vez se parece a otra… Hollywood ha decidido clonar y clonar Sagas, esperando que el momento del estreno sea el idóneo para que funcione donde otras (iguales) se estrellaron.

No se aburrirán pero, cuando salgan de la sala, les planteo un ejercicio mental: cojan a Katniss Everdeen (‘Los juegos del hambre’), Beatrice Prior (‘Divergente’) y nuestro amnésico héroe Thomas, e intercambien los cromos.

Verán que encajan perfectamente y, casi con seguridad, tomarían las mismas decisiones en un laberinto, los distritos de Panem o las Castas.

Hacer lo mismo, aunque sea copiando a los ‘buenos’, nunca alumbrará un film que recordemos más de 5 minutos.

Y, cómo no, si la taquilla acompaña tendremos Clarianos (Gladers) para rato.

Lo mejor: su prometedor arranque.

Lo peor: está todo muy visto.

Por: Eduardo Bonafonte Serrano.

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