Críticas de Cine: 'Vampire Academy': desnortada


Como a la mayoría de las adolescentes, a Rose y a Lissa les gustan los chicos, van de compras al centro comercial y se sienten incomprendidas. Pero entre ellas y las demás hay una gran diferencia: son vampiresas. Lissa es una princesa que desciende de la dinastía Moroi, y Rose es la guardiana encargada de protegerla. Tras escapar de la Academia St. Vladimir, son obligadas a volver, y Rose queda bajo el estricto control de su estoico mentor, Dmitri, pero pronto se dará cuenta de que se siente atraída por él. Mientras tanto, Lissa lucha se ve obligada a afrontar terribles peligros. 

Desde que Harry Potter colgó la varita (y también cuando lanzaba hechizos a diestro y siniestro en Hogwarts) Hollywood intenta desesperadamente con dar con esa Saga que llene la sala de adolescentes con sus padres, reviente la taquilla y genere un beneficio estratosférico dentro y fuera de la pantalla.

A veces la fórmula funciona (el ya citado Potter, 'Los juegos del hambre', 'Divergente') y a veces se estrella con estrépito ('Hermosas criaturas', 'Cazadores de sombras'... la inexplicablemente taquillera 'Saga Crepúsculo').

'Vampire Academy', pertenece al club de los estrellados.

Lo único que funciona en esta improbable (incluso a nivel fantástico) reunión de elitistas vampiros con sus guardianes es la fotogenia y desparpajo de Zoey Deutch, una actriz que al menos intenta salvar los muebles.

Todo lo demás, es insultante: malos y buenos que se ven venir a kilómetros, romances cantados y estúpidos, efectos especiales de segunda fila, bochornosas situaciones, un Gabriel Byrne que quiere su cheque y el galán más soso que hemos podido ver en los últimos 20 años: Danila Kozlovsky, interés romántico de la Deutch y poco más que un armario con bonitas puertas.

Salvo algún momento divertido, 'Vampire Academy' forma parte de ese género que nutre las tardes de sobremesa de la cadena televisiva de turno, y fía todo a que su estreno se produzca (por esas conjunciones extrañas de los astros que en ocasiones encumbran una película y destruyen otra idéntica) cuando los jóvenes espectadores tengan ganas de pagar entradas a mansalva.

Así ha sido, pues la segunda entrega ya está en marcha.

Y yo me pregunto... ¿por qué nos abandonaste, Harry Potter?

Lo mejor: dura poco.

Lo peor: esto no acaba aquí.

Por: Eduardo Bonafonte Serrano.

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