Críticas de Cine: 'Tarzán (2014)': actualización facilona
Durante
una expedición a la jungla africana, muere en un accidente de helicóptero John
Greystoke y su mujer. Sin embargo, su hijo pequeño J.J. escapa milagrosamente
de la muerte y es adoptado por un grupo de gorilas que lo crían como a uno más
de su comunidad. Pasan los años y el joven, conocido como Tarzán, se ha
convertido en el rey de la selva. Ahora debe proteger su hogar de unos hombres
que quieren un valioso mineral cueste lo que cueste mientras se enamora de
Jane, una ferviente ecologista.
No era difícil imaginar que, tarde o temprano, tendríamos
en la pantalla grande una nueva aventura de 'Tarzán', el clásico personaje
creado por Edgard Rice Burroughs en 1912. En el imaginario de toda una
generación queda el pañal que cubría al nadador Johnny Weissmüller en las
míticas películas rodadas en las décadas de los 30 y 40, imitadas, mejoradas y
también caricaturizadas muchos años después.
Tras el último 'Tarzán' animado de Disney, el director Alemán
Reinhard Klooss se atreve a reinventar la historia en animación digital, conservando
los elementos reconocibles y guiños del personaje, añadiendo tintes fantásticos
y, por supuesto, enfatizando todas las cabriolas, piruetas y efectismos propios
del cine palomitero del siglo XXI,
que vienen como anillo al dedo del salvaje héroe.
Si nos preocupamos solo de disfrutar sin mayores
pretensiones, el 'Tarzán' de Klooss aporta 100 minutos de entretenimiento
familiar predecible de punta a cabo, pero adecuado para una calurosa tarde
veraniega.
Cierto es que la animación lleva unos años de retraso
(aunque algunos planos generales destacan por su belleza selvática),
perjudicando sobre todo la expresividad de las caras de cartón de los personajes. Implicarnos con este Tarzán por
sus cualidades gestuales es casi un acto de fe; con Jane y los demás personajes
(Humanos o Primates), una temeridad.
Klooss acierta en el prólogo, introduciendo un elemento
fantástico interesante que sirve de piedra angular a todos los acontecimientos
posteriores que, sin embargo, nunca llegan a explotar con la suficiente pólvora
como para levantarnos del asiento, boquiabiertos.
Tras una primera hora vistosa pero plomiza por el excesivo
'desarrollo' de unos personajes que apenas necesitan ser esbozados y el abuso
de la voz en off del narrador, el
desenlace se desarrolla a velocidad de vértigo, quemando todas las naves con ritmo
endiablado, pero lleno de topicazos
que hemos visto un millón de veces.
Correcta, respetuosa con el legado del Rey de la Selva,
entretenida y bienintencionada... y muy lejos del subidón de adrenalina que debe sentirse cuando la cámara se cuelga
con nosotros de liana en liana.
Otra vez será, Greystoke. Burroughs y su obra merecen más.
Lo
mejor: los nuevos añadidos a la historia original no desentonan.
Lo
peor: no arriesga lo suficiente como para aportar algo al
legado.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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