Críticas de Cine: 'Snowpiercer (Rompenieves)': maravilla visual
Una
nueva era de glaciación ha llegado a la Tierra para acabar con todo vestigio de
humanidad. Los supervivientes se han congregado en un tren, Snowpiercer, que
recorre la superficie helada del planeta. Como único refugio de la humanidad,
el interior de la máquina se articula como una sociedad desigual: los primeros
vagones albergan a la primera clase, con todos los lujos y comodidades mientras
en los últimos se pasa hambre y frío. Pero Curtis, líder de la cola, se rebela para
cambiar las cosas.
Como ya han podido comprobar por la sinopsis, las
virtudes de la nueva película de Bong Joon-ho, director de la
estimulante marcianada 'The host', no
se centran en la originalidad del argumento.
Estamos ante el enésimo apocalipsis terrestre en un futuro
distópico donde, una vez más, nos las hemos arreglado para maximizar nuestros
peores defectos y cargarnos el planeta sin prisa pero sin pausa. Como era de
esperar, los ricos lo tienen todo y los pobres subsisten a duras penas, lo que
provoca el conflicto que articula la trama.
Hasta aquí, nada nuevo, ni digno de alabar. Pero tenemos
la suerte de que Bong Joon-ho vive en su propio mundo, y su variada y bizarra
filmografía dan buena cuenta de ello. No se casa con nadie, convirtiéndose en
mercenario del cine de Hollywood o en esclavo de la taquilla, como han hecho
otros compatriotas suyos.
Tiene claro qué clase de espectáculo quiere brindar, y
qué clase de sello dejar.
'Rompenieves' se crece cuando se trata de derretir
nuestras retinas. La puesta en escena es un prodigio, que aprovecha cada espacio
y va mostrando cada vagón del tren como un camino de lucha y redención desde el
infierno al cielo. Todo lo que está en la cola apesta, y a medida que se acerca
a la cabeza comienzan los despliegues visuales cargados, excesivos... ofensivos
por su opulencia.
Por sí sola, la puesta en escena (magnífico el diseño de
producción) cubre los agujeros y clichés del libreto . Lo que vemos durante la
rebelión liderada por el crecido Chris Evans en su viaje de la cabeza a la cola, justifica
los actos de los rebeldes.
Además, Joon-ho se ha rodeado de un elenco internacional,
donde destacan los siempre en su sitio Ed Harris, John Hurt, Jamie Bell y la
perturbadora Tilda Swinton, que franquean a Evans con maestría. Pero son solo
un pretexto, una forma de poner el mejor envoltorio al regalo.
El director jamás pierde el rumbo del relato. Ésta es su
película, sin concesiones taquilleras ni
ventas de alma al diablo.
Tan simplista y llena de estereotipos como imprescindible
como marca de fábrica de un artesano que va a lo suyo, cogiendo cada género que
toca y sellándolo con su visión para la posteridad.
'Rompenieves' hay que verla en una pantalla de cine,
disfrutándola como se merece.
Lo
mejor: visualmente es una joya.
Lo
peor: no hay nada original en su argumento.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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