'Hablando de Series': caja sí, de tonta nada
Empezaré obviando todo lo que no es televisión de
calidad: telerrealidad, programas tipo 'Sálvame', famosetes cantamañanas
perdidos en ignotas latitudes donde siempre llega, eso sí, el suministro de
condones y demás propuestas que solo consigue que el espectador sea un poco más
tonto y menos crítico cuando apaga la tele. Aunque se lo haya pasado pipa con
las desgracias de los demás.
La caja sigue siendo caja, pero hace varios años que dejó
de ser tonta. Siempre ha habido debate en torno a cuándo el talento abandonó el
Cine mainstream (cada vez más
centrado en la propuesta visual, en la
forma sin fondo) y se trasladó a la televisión, para quedarse.
El debate sobre el momento no es importante. Lo
determinante es constatar el auge de la creatividad televisiva, donde los cineastas
descontentos con la industria cinematográfica actual no han dudado en expandir
sus señas de identidad. El Cine, a su vez, se nutre de creadores televisivos
con galones a sus espaldas.
La parrilla actual está llena de ofertas de relumbrón:
'Boardwalk Empire', producida por Scorsese; 'True Detective', con Woody
Harrelson y Mathew McConaughey; 'Hannibal', donde el doctor Lecter hace de las
suyas gracias al buen hacer de Mads Mikkelsen; la inquietante y un tanto
tramposa 'Homeland'; 'Juego de tronos', que tiene al público encandilado con
las maldades de los Lannister y los dragones de Daeneris...
Tony Soprano, Tito Pullo, Quintus Léntulus Batiatus, Don
Draper, Walter White, William Adama, todos y cada uno de los pasajeros del
vuelo 815 de Oceanic... tantos y tantos personajes inolvidables que hacen de la
televisión el lugar ideal para concluir nuestra búsqueda de buenas historias.
Y no es todo. En las series de consumo rápido, la
sofisticación también se ha acentuado. Cierto es que apenas necesitamos pensar para
seguir las tramas, pero el diseño de producción y cierta complejidad narrativa
antes impensable (nadie habría admitido que 'El Equipo-A' fuera encerrado en un
lugar distinto a una ferretería completa) requieren que nos impliquemos más, si
no queremos perder el hilo.
Así, recientes shows
como 'Arrow', 'Almost human' o 'Galactica: Blood and chrome' explotan lo mejor
de la promoción cinematográfica y los avances tecnológicos en efectos digitales
(que supusieron todo un bombazo allá por 1993 con el estreno de 'Babylon 5',
serie de culto que utilizó enteramente efectos generados por ordenador que
resultaban creíbles) para alumbrar productos televisivos de indiscutible
calidad visual.
Admitámoslo: la caja dejó de ser tonta, y quien siga
embotándose el cerebro oyendo los gritos y peleas de iletrados que necesitan
toda su concentración para no orinarse encima, es porque quiere... NO por falta
de oferta.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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