Críticas de Cine: ‘Jack Ryan. Operación sombra’: el agente se actualiza


Un magnate ruso quiere acabar con la economía estadounidense en una compleja operación de terrorismo económico. Los servicios de inteligencia están al corriente de sus intenciones y designan a Jack Ryan, un ex marine que trabaja de analista para la CIA, como agente de campo infiltrado para detener el maquiavélico plan. Acostumbrado al trabajo burocrático y sin experiencia en el servicio activo, Ryan se adentra en el oscuro mundo del espionaje, sin poder confiar en nadie, para cumplir su misión.
Pocos pueden recordar ‘Pánico nuclear’, la cuarta y fallida entrega cinematográfica de Jack Ryan, el famoso personaje literario creado por Tom Clancy.
Once años después, Kenneth Brannagh recoge el testigo asumiendo la dirección de ‘Jack Ryan: operación sombra’, dispuesto a reescribir los orígenes del personaje, trayéndolo de vuelta adaptado al convulso siglo que nos está tocando vivir.
Forjado al albur del 11 de Septiembre y la Guerra de Afganistán, el Ryan de Kenneth Brannagh (interpretado con solvencia por Chris Pine, un actor que nos está dando muchas y felices sorpresas) es un empollón, que tira de cerebro antes que músculo.
La quinta iteración de la franquicia es la más sesuda, y  entreteje una compleja trama de amenazas geopolíticas, donde el enemigo a batir es silencioso y está en todas partes.
Heredera del realismo de Jason Bourne y otras películas como ‘The international: dinero en la sombra’, las peripecias de Ryan entre Rusia y Estados Unidos nos brindan cien minutos de gran cine, donde encajan como un guante el género de acción físico sin alardes de efectos visuales, el indiscutible dominio narrativo del Brannagh Director y, también, momentos perturbadores gracias al oficio del dúo interpretativo (el momento de la bombilla del villano Viktor Cherevin es más que suficiente para establecer su maldad) y el buen hacer del felizmente recuperado Kevin Costner.
Si hay un escollo en ‘Jack Ryan: operación sombra’ tiene nombre propio: Keira Knightley, actriz sobrevalorada donde las haya. Los momentos donde luce su palmito arriesgan la consistencia de la película, y dejan patente los escasísimos recursos interpretativos con los que cuenta, diametralmente opuestos a su distraída belleza.
Por suerte, como carta de presentación al renacer del personaje, ‘Jack Ryan: operación sombra’ no tiene desperdicio.
Bienvenidos a la guerra económica.
Lo mejor: podemos certificar el feliz regreso cinematográfico del retoño de Tom Clancy.
Lo peor: Keira Knightley.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.

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