'Críticas de Cine': ‘Rush’: peliculón a toda velocidad


1975. El piloto de F 1 austríaco, Niki Lauda, ganaba el campeonato para Ferrari y terminaba con una racha triunfal de siete años de la escudería McLaren-Ford. El cerebral Lauda mantenía una rivalidad, dentro y fuera de las pistas, con el playboy inglés James Hunt. 1976 no será una excepción y los aficionados verían una increíble disputa entre los dos genios por hacerse con el Mundial. Sin embargo, en Nürburgring, durante el GP de Alemania, un terrible accidente casi acabaría con la vida de Lauda.
Hasta ‘Frost contra Nixon’, Ron Howard no había conseguido una película redonda. Sí, le dieron el Oscar por ‘Una mente maravillosa’, tramposa donde las haya, pero hasta entonces, en su mayoría, no había pasado del cine bien facturado y aséptico, sin señas de identidad.
Parece que la madurez como Director le llega con la vejez y ‘Rush’ es una de las mejores películas de la última década.
Como ya ocurrió con el magnífico Documental ‘Senna’, la cinta de Howard nos sumerge en los entresijos de la Fórmula 1, donde los pilotos se juegan la vida cada vez que salen a la pista.
Gracias al rocoso guión de Peter Morgan  y el excelente dúo protagonista (Chris Hemsworth y Daniel Brühl, carismáticos y espléndidos), además de una producción obsesiva que cuida cada detalle, Howard tira de madurez  y factura una película que no solo habla de la Fórmula 1, sino de la rivalidad de dos hombres imperfectos pero también ganadores natos, amigos y enemigos… incapaces de despegarse del volante y desafiar el filo de la guadaña, una y otra vez.
El espectador vivirá cada carrera y sentirá a los personajes de este Biopic como suyos, disfrutando y padeciendo sus coqueteos con la muerte.
Por si esto fuera poco, de nuevo Hans Zimmer pone música a las grandes películas del Siglo XXI, componiendo una partitura envolvente y climática. Magistral de punta a cabo.
Enérgica, inteligente y plenamente consciente de su potencial, la película contentará por igual a acérrimos fans y neófitos del Motor.
Cierto es que la dimensión dramática del relato habría rayado más alto en manos de un Director diferente al Howard presente (¿quién sabe dónde llegará dentro de unos años?). Pero no es menos cierto que entre el joven Howard de ‘Willow’ o ‘Apollo 13′ y éste, media el abismo entre el solvente artesano y el Cineasta con mayúsculas.
Una dosis a toda velocidad de buen Cine. Imprescindible.
Lo mejor: la pareja protagonista.
Lo peor: el lado dramático frena en una película de ritmo endiablado.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.

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