Críticas de Cine: ‘Scary Movie V’: lo peor de lo peor
Dan y Jody son una pareja feliz de recién casados que se mudan a una nueva casa, tras tener a su primer hijo. Al poco tiempo, empiezan a suceder fenómenos extraños de difícil explicación (pero muy divertidos) que colocan a la pareja en un perpetuo caos que afecta a sus vidas laborales, como bailarina de danza y como investigador de monos. Ambos deciden contratar a unos singulares expertos en parapsicología para echar de la casa a una presencia demoníaca. La diversión no ha hecho más que comenzar.
Como Crítico, intento buscar en todas las películas algo bueno. Cuando el Libreto no cumple, pero lo hace el Diseño de Producción, o la Banda Sonora, o algún cameo de esos secundarios robaplanos que hacen del Cine algo grande, siempre busco la forma de reflejarlo. En una película trabaja tanta gente competente que es muy difícil no encontrar algo bueno.
Pero hoy, voy a hacer una excepción.
‘Scary Movie V’ no es solo la peor película de esta (en general) triste Saga, sino que puede jactarse de ser la peor de todas las películas del género, que vivió sus buenos tiempos durante los años 80 y 90.
Nada hace gracia en la película de Malcolm D. Lee. Los actores están ahí a verlas venir, dispuestos a llevarse la pasta a cualquier precio, sacrificando el escaso prestigio que pudiera quedarles (lo de Charlie Sheen y la irreconocible Lindsay Lohan, es vergonzoso); el ‘Libreto’ coge las últimas cintas de terror y se dedica a sacar lo peor de ellas sin intentar siquiera buscar el puntillo en las incoherencias narrativas (porque ‘Mamá’ y ‘Posesión Infernal’, por ejemplo, tenían un montón) y exhibiendo, además, los peores vicios de la Saga ‘Paranormal Activity’.
Para colmo, la inversión en los aspectos de producción es mínima, tomando el modelo de un telefilme hecho con cuatro duros.
No pierdan ni un segundo de sus vidas, y menos aún los euros de su cartera, en ‘Scary Movie V’. No podrán evadirse, ni reírse a gusto, porque esta película sí que asusta… de lo tremendamente mala que es.
Lo mejor: que el calvario dura poco.
Lo peor: no hay un solo aspecto salvable.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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