'El Ministerio del Tiempo': a éste ¡sí oposito!

Logo de El ministerio del tiempo

El Ministerio del Tiempo es una institución gubernamental secreta que depende directamente de la Presidencia del Gobierno español. Solo monarcas, presidentes y un número exclusivo de personas saben de él. El paso hacia otras épocas se realiza a través de puertas vigiladas por las patrullas del ministerio. Su objetivo: detectar e impedir que cualquier intruso del pasado llegue a nuestro presente —o viceversa— con el fin de cambiar la historia para su beneficio. Para ello, las patrullas tendrán que viajar al pasado y evitar que lo logren. En dicho Ministerio trabajan muchas personas de diversas épocas.

Tras una larga espera, ayer volvió a la parrilla de Tve 'El Ministerio del Tiempo', y lo hizo como se fue: con dignidad, naturalidad, frescura, inteligencia, humor y trabajo.

La primera temporada confirmó las andanzas de Julián y compañía como un bienvenido hallazgo; la segunda la encumbró a serie de culto.

Y la tercera, por cómo ha comenzado y lo que se adivina en el horizonte, la consagrará como la mejor ficción española actual, y también la mejor en décadas.

En el arranque de este curso, ganamos espectacularidad gracias a la incorporación de Netflix, pero no perdemos lo importante: la calidad de los guiones (donde abunda el sentido del humor, la escrupulosa documentación histórica y una ingente cantidad de 'zascas' político-sociales que invitan a la reflexión); el entregado reparto, con personajes a su medida (si Angustias aún no tiene su club de fans, que se lo den cuanto antes); la esmerada dirección y producción, que hace creíble y natural la experiencia ministérica y, sobre todo, una identidad propia que ( aún bebiendo de muchas fuentes reconocidas), resulta única y entrañable.

Me atrevería a decir que 'El Ministerio del Tiempo' es nuestro 'Doctor Who', y su relevancia y significado cultural aún está por verse en todo su esplendor y calado.

Póster de El ministerio del tiempo

Una aventura donde la paletada mayor o menor de millones es indiferente, pues nos creemos que esto puede estar pasando, y que Amelia, Alonso, Julián (que en paz descanse), Pacino y los demás salvarán nuestra Historia, trabajando en un Ministerio 100% español al que a muchos nos encantaría opositar.

Contra viento y marea, contra todo pronóstico, contra la idea misma de lo que es una serie española y cómo hacerla, contra los pensamientos viejunos de aquellos que no entienden los cambios en los usos y costumbres del espectador 3.0 (o 4, he perdido la cuenta)... 'El Ministerio del tiempo', se ha abierto camino, sembrando a golpe de genio, curro y carisma una leyenda que, independientemente de lo que le depare el competido futuro de las audiencias, perdurará en el futuro.

Leyenda que crecerá, como creció la Star Trek clásica y el ya citado Señor del Tiempo, entre otras joyas catódicas.

Cuando algo es especial e irrepetible, siempre se abre camino.

Ante el próximo episodio estoy ávido, expectante, ¡mini(stérico) perdido!.

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