Críticas de Cine. 'American Pastoral': sensato debut
Basada en la novela
homónima de Philip Roth, ganadora del Premio Pulitzer, AMERICAN PASTORAL
(PASTORAL AMERICANA) recorre la historia de una familia americana a través de
varias décadas, en la que su idílica existencia se hace añicos por la agitación
social y política que cambiará para siempre la estructura de la cultura estadounidense.
Ewan McGregor debuta en la dirección y encarna a Seymour Levov, “el Sueco”, un
atleta legendario en el instituto que ahora es un exitoso hombre de negocios
casado con Dawn, una ex reina de la belleza. Pero, tras la apariencia impecable
de la vida del “Sueco”, se fragua la tormenta. Cuando su hija Merry desaparece
tras ser acusada de cometer un acto violento, “el Sueco” se dedica a buscarla y
a reunir a su familia. Lo que descubre remueve sus cimientos, forzándole a
mirar más allá de la superficie y afrontar el caos que está forjando el mundo a
su alrededor: ninguna familia americana volverá a ser la misma.
Desde mi primera
crítica, siempre he intentado ser fiel a una idea: ser justo y
objetivo, ir más allá del estereotipo y tener presente que una película
conlleva un enorme trabajo.
El debut detrás de
las cámaras de Ewan McGregor no es moco de pavo. Tras media vida
trabajando con los mejores cineastas de las últimas décadas, el inglés se
atreve, ni más ni menos, con una de las obras más impactantes y controvertidas
del siempre correoso Philip Roth.
Más
de uno huiría ante semejante marrón, o lo convertiría en algo pretencioso que
confunda el fondo con la forma (hablo de
usted, señor Gosling).
McGregor, al igual
que en su consistente carrera, opta por la sensatez.
'American Pastoral',
es una cinta sólida, sobria, con mensaje, que invita a la reflexión durante y
después de su visionado.
Ilustrar
el sentido de la vida, la familia, los valores de una Nación acosada por las
mareas de la historia, la educación y las relaciones paterno filiales en 110
minutos, es tarea casi imposible, incluso para los más grandes.
Es cierto que la
película peca de contenida en todos los aspectos (incluso en las
interpretaciones del tremendo reparto), desperdiciando el hiriente calado de su
referente literario.
Pero no es menos
cierto que, allí donde otros fracasaron adaptando a Roth (por exceso o
defecto), McGregor apunta maneras de
artesano con proyección, haciendo 'su adaptación' de la obra, pero conservando
el espíritu de ésta.
Una
adaptación alejada de efectismos, que insinúa más que muestra, pica pero no
muerde aunque, al final, remata la faena
dejando claras todas sus moralejas.
No
pasará a la historia del Séptimo Arte, pero sí pone de relieve al McGregor director, que tiene camino por
recorrer, cierto, pero al menos mantiene
el control de su opera prima sin perder el norte, avergonzar a su creador ni
aburrir al espectador.
Con
un hueso tan duro de roer como Roth, reconozcamos el mérito Ewan, esperando con
ganas la siguiente incursión detrás de las cámaras de este hombre que, como su
alter ego Seymour Levov, intenta hacer
un buen trabajo, sin salirse del tiesto.
Lo mejor: debutar sin
fracasar.
Lo peor: McGregor es como es,
también y por el momento, al otro lado de los focos.
Por: Eduardo Bonafonte Serrano.
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